Hablemos de #10: Estrés, factores estresantes y resiliencia en los seres humanos

En «Un enfoque de sistemas para el estrés, los factores estresantes y la resiliencia en los seres humanos» ( Oken BS1, Chamine I2, Wakeland W3), los autores se centran en la biología del estrés y la resiliencia y sus biomarcadores en humanos desde la perspectiva de la ciencia del sistema.

Compartimos aquí el abstract del paper publicado en The National Center for Biotechnology Information (NCBI):

«Un factor estresante empuja el sistema fisiológico lejos de su estado de referencia hacia un estado de utilidad más bajo. El sistema fisiológico puede regresar al estado original en una cuenca de atracción, pero puede cambiarse a un estado en otra cuenca de atracción de menor utilidad. Si bien algunos cambios fisiológicos inducidos por factores estresantes pueden ser beneficiosos para la salud, a menudo hay un costo crónico de desgaste debido a los cambios implementados para permitir que el sistema regrese a su estado de referencia y se mantenga en la cuenca atractiva de alta utilidad después de repetidas perturbaciones. Este costo, también llamado carga alostática, es la reducción de la utilidad asociada tanto con un cambio de estado como con las alteraciones en la cuenca del atractor que afectan las respuestas del sistema luego de futuras perturbaciones. Este costo adicional puede aumentar el curso de tiempo del retorno a la línea de base o la probabilidad de mudarse a una cuenca de atracción diferente luego de una perturbación. A esto se opone la resistencia del sistema, que influye en su capacidad para regresar a la cuenca del atractor de alta utilidad después de una perturbación al aumentar la probabilidad y / o la velocidad de regresar al estado de referencia después de un factor estresante.

Este artículo de revisión es una revisión sistemática cualitativa; cubre las áreas más relevantes para hacer avanzar el campo del estrés y la resiliencia desde una perspectiva más cuantitativa y neurocientífica.»†

Author information

1 Department of Neurology, Oregon Health & Science University, CR-120, 3181 SW Sam Jackson Park Road, Portland, OR 97239, USA; Department of Behavioral Neuroscience & Biomedical Engineering, Oregon Health & Science University, CR-120, 3181 SW Sam Jackson Park Road, Portland, OR 97239, USA. Electronic address: oken@ohsu.edu.

2 Department of Neurology, Oregon Health & Science University, CR-120, 3181 SW Sam Jackson Park Road, Portland, OR 97239, USA. Electronic address: fonareva@ohsu.edu.

3 Systems Science, Portland State University, P.O. Box 751, Portland, OR 97207, USA. Electronic address: wakeland@pdx.edu.

Copyright © 2014 The Authors. Published by Elsevier B.V.

Title: A systems approach to stress, stressors and resilience in humans

Author: Barry S. Oken,Irina Chamine,Wayne Wakeland

Publication: Behavioural Brain Research

Publisher: Elsevier Date: 1 April 2015

Hablemos de #5: Amar hace bien

ESPECIAL #SANVALENTIN

En la actualidad, científicos han asegurado que el hecho de sentir amor mejora nuestras vidas. Sea esto física o mentalmente, nos vuelve personas más integras.
Expertos en salud sostienen que las emociones y la espiritualidad tienen mucho que ver con la salud de nuestro corazón, además de con su condición física.

Y no se refieren solo al amor de pareja, muchas veces el amor de nuestras vidas no tiene por qué ser una relación romántica. Un hijo, un padre, una madre, nuestra familia, nuestros amigos e incluso hasta nuestras mascotas pueden ser aquellos encargados de entregarnos esa dosis de amor diaria que hace de nuestros días especiales. Es cosa de observar cómo se ilumina la cara de una madre al ver a su hijo sonreír.

Al sentir amor se estimula la secreción de endorfinas, que son las sustancias encargadas de entregarnos bienestar y son capaces de ayudarnos a mejorar estados de ánimos, depresiones o ansiedades.

Tener amor en nuestras vidas ayuda a envejecer más lento, fortalecer el sistema inmunológico, favorece la circulación de la sangre y ayuda a tener una mejor digestión.

El amor es una de las emociones más fuertes a las que nos vamos a someter en la vida. Es un sentimiento vital que se comparte con otras personas y que mejora nuestro aspecto y la salud del cuerpo y el alma.

1. Aumenta el autoestima: Al incluir amor en nuestro día a día, nuestra mente nos invita a cuidarnos y querernos más. ¿Cómo amar a otro si no me amo yo?. Comenzamos a preocuparnos de sentirnos bien con nosotros mismos, darnos espacios especiales que nos ayudan a crecer como personas. Mejora nuestra calidad de vida en base a la seguridad que sentimos.

2. Adiós estrés: Al ser conscientes de amar, sentimos más motivos para pasarlo bien en la vida. Compartir con nuestra familia, disfrutar momentos íntimos con los amigos o simplemente cenar con alguien especial, nos hace olvidar el estrés del día a día, el exceso de trabajo y los temas que muchas veces nos frustran o nos mantienen muy cansados.

El amor reduce la producción de cortisol, una sustancia relacionada con el incremento de la tensión arterial. El cuerpo eleva la producción de oxitocina, la llamada hormona del bienestar, lo cual reduce el riesgo cardiovascular y mejora el sistema inmune. También es la hormona responsable de que todo nos parezca bien y en total armonía cuando estamos enamorados. Por si fuera poco, el cerebro incrementa la producción de norepinefrina y dopamina que disparan los sentimientos de felicidad y placer.

3. Reduce la depresión: Tener amor en nuestra vida mejora el estado de ánimo, hace que nuestro organismo funcione mejor, así al mismo tiempo, mejora nuestro aspecto físico. Disminuye nuestra ansiedad, y nos hace vivir de forma más plena.

4. El amor es un gran analgésico: Un estudio reciente de la Universidad de Ohio mostró, que las personas más solitarias desarrollaban más rápido los virus latentes que aquellos que tenían una vida social activa. Al parecer esto se explica porque el amor incrementa la liberación de citoquinas, una mejor relajación y una mayor liberación de endorfinas, la llamada hormona del placer.

5. Dormir es un placer: Al parecer, las personas que viven el amor en sus vidas de forma cotidiana, duermen mucho mejor. La oxitocina hace que dormir sea mucho más pleno, y ayuda al sistema nervioso a descansar de mejor forma.

Fuente: hrrio.cl