La inestabilidad de la autoestima podría ser más característica del TLP que la inestabilidad afectiva

El trastorno límite de la personalidad (TLP) se caracteriza comúnmente por una inestabilidad generalizada.

La inestabilidad afectiva, a pesar de ser un criterio de diagnóstico en el DSM-5, se considera comúnmente como una característica transdiagnóstica, pero estudios recientes han llamado la atención sobre la importancia de la inestabilidad de la autoestima como una posible característica definitoria del TLP.

Sin embargo, faltan pruebas sobre si la inestabilidad de la autoestima aumentada es una característica específica del TLP cuando se comparan pacientes con TLP con controles clínicos. Utilizando la evaluación ambulatoria, examinaron la inestabilidad de la autoestima y la inestabilidad afectiva en la vida diaria de los participantes.

Evaluaron la autoestima momentánea y el estado afectivo 12 veces al día durante 4 días consecutivos en 71 pacientes con TLP, 121 pacientes con trastornos de ansiedad (AD) y 74 controles sin TLP.

Consulta el Paper aquí.

*Kockler, T. D., Santangelo, P. S., Eid, M., Kuehner, C., Bohus, M., Schmaedeke, S., & Ebner-Priemer, U. W. (2022). Self-esteem instability might be more characteristic of borderline personality disorder than affective instability: Findings from an e-diary study with clinical and healthy controls. Journal of Psychopathology and Clinical Science. Advance online publication. https://doi.org/10.1037/abn0000731

El aumento de las muertes causadas por los estimulantes indica que estamos ante algo más que una crisis de opioides

Aunque a menudo hablamos sobre drogas individuales y trastornos por consumo de drogas individuales, la realidad es que muchas personas consumen más de una droga y mueren por el consumo combinado de ellas. A pesar de que las muertes por opioides continúan requiriendo la atención pública, el aumento alarmante de las muertes relacionadas con la metanfetamina y la cocaína —dos estimulantes— es una contundente ilustración de que ya no enfrentamos solamente una crisis de opioides. Estamos frente a una crisis de adicción y sobredosis compleja y en constante evolución que se caracteriza por el cambio de una droga a otra según la disponibilidad y por el consumo combinado de diferentes drogas y de varios tipos de drogas.

Las muertes por sobredosis de opioides comenzaron a aumentar hace dos décadas, luego de la aparición de potentes analgésicos opioides, como OxyContin. Pero en realidad, las muertes por sobredosis de drogas han estado aumentando exponencialmente desde al menos 1980, causadas por diferentes drogas(link is external) (por ejemplo, cocaína) en distintos momentos. Las muertes por sobredosis relacionadas con la metanfetamina comenzaron a aumentar marcadamente en 2009, y las cifras provisionales de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) muestran que para 2019 habían aumentado diez veces, con un registro de más de 16,500 casos. Una cantidad similar de personas muere cada año por sobredosis relacionadas con la cocaína (16,196), lo que muestra un aumento casi igual de precipitado en el mismo período

A pesar de que el consumo de estimulantes y los trastornos por consumo de estimulantes varían de un año a otro, encuestas nacionales han sugerido que el consumo no había aumentado de modo considerable en el período en que se dispararon las muertes por sobredosis de este tipo de drogas, lo cual significa que los aumentos de mortalidad probablemente se deban a que las personas están combinando las drogas estimulantes con opioides como la heroína o el fentanilo, o a que —sin saberlo— están consumiendo productos que han sido contaminados con fentanilo. El fentanilo es un potente opioide sintético (80 veces más potente que la morfina) que desde 2013 ha impulsado el marcado aumento de las sobredosis de opioides.

Durante la segunda mitad de la década de 1980, cuando la popularidad de la cocaína aumentó, se produjeron muchas sobredosis en personas que combinaban esa droga con heroína. El aumento creciente de las muertes por el consumo combinado de estimulantes y opioides parece reflejar un fenómeno similar. De acuerdo con un examen reciente de las barreras que enfrentan los programas de servicios de jeringas publicado en International Journal of Drug Policy(link is external), el personal de algunos de esos programas ha reportado que son más las personas que se inyectan metanfetamina y opioides en forma conjunta. También hay algunos reportes de que quienes consumen este tipo de drogas están pasando de los opioides a la metanfetamina porque los atemoriza el hecho de no saber si los productos opioides contienen fentanilo (a pesar de que la metanfetamina puede también estar contaminada con fentanilo).

Un estudio realizado en 2018 por investigadores de Washington University en St. Louis y publicado en Drug and Alcohol Dependence(link is external) halló que el consumo de metanfetamina ha aumentado marcadamente entre personas que ya sufrían de un trastorno por consumo de opioides. Los participantes del estudio que tenían un trastorno por consumo de opioides reportaron que reemplazaban los opioides por metanfetamina cuando no podían obtenerlos o cuando percibían el consumo de opioides como peligroso, o que combinaban ambas sustancias en busca de una euforia sinérgica. Quienes combinan intencionalmente la heroína con cocaína o metanfetamina reportan que el estimulante los ayuda a contrarrestar los efectos soporíficos de los opioides, lo que les permite funcionar «normalmente». Sin embargo, la combinación puede intensificar la toxicidad y letalidad de las drogas al exacerbar los efectos cardiovasculares y pulmonares de cada droga individual.

Hace falta mucha más investigación sobre el uso combinado de estimulantes y opioides, y sobre la forma en que su combinación afecta el riesgo de sobredosis. Lamentablemente, los certificados de defunción no siempre mencionan las drogas identificadas y, cuando lo hacen, es posible que no sean precisos sobre qué drogas fueron las principales contribuyentes al fallecimiento, lo que hace difícil saber con exactitud qué papel desempeñan los opioides y los estimulantes cuando las personas, en forma deliberada o accidental, consumen las dos sustancias juntas.

La sobredosis no es el único peligro. El consumo persistente de estimulantes puede generar problemas cognitivos y muchos otros problemas de salud (como enfermedades cardíacas y pulmonares). Inyectarse cocaína o metanfetamina con elementos compartidos puede transmitir enfermedades infecciosas, como el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) o la hepatitis B y C. Se ha observado que la cocaína reduce la función inmunitaria de las células y promueve la replicación del VIH, y su consumo puede hacer que las personas con VIH sean más susceptibles a contraer hepatitis C. Similarmente, la metanfetamina puede empeorar el avance del VIH y exacerbar los problemas cognitivos causados por ese virus.

Se ha descubierto que el consumo de metanfetamina por parte de hombres que tienen actividad sexual con otros hombres es un factor importante en la transmisión del VIH en ese grupo de población. Según un nuevo estudio publicado en Journal of Acquired Immune Deficiency Syndromes(link is external) por investigadores de City University of New York y University of Miami, más de un tercio de los hombres gay y bisexuales de la muestra que contrajeron VIH en un período de estudio de 12 meses reportaron consumo de metanfetamina tanto antes de ese período como durante él. Entre las variables que se examinaron, el consumo de metanfetamina fue el mayor factor individual de riesgo para el contagio del VIH, lo que indica que el consumo de esta droga debe considerarse un importante punto de ataque en las intervenciones en este grupo poblacional. Otro estudio financiado por el NIDA —que llevó a cabo un equipo de la Facultad de Enfermería en University of California San Francisco y se publicó en el Journal of Urban Health en 2014— halló que la terapia cognitivo-conductual para el trastorno por consumo de drogas fue un recurso eficaz para reducir el daño y disminuir el consumo de estimulantes y la conducta sexual de riesgo en una muestra de hombres que tenían sexo con otros hombres.

Por el momento, los mejores tratamientos disponibles para los trastornos por consumo de estimulantes son las intervenciones conductuales. El control de contingencias, que utiliza incentivos motivacionales y recompensas tangibles para ayudar a que la persona alcance sus metas de tratamiento, es la terapia más eficaz, particularmente cuando se la emplea en combinación con una estrategia de refuerzo comunitario. A pesar de su eficacia para tratar tanto el trastorno por consumo de metanfetamina como el trastorno por consumo de cocaína, el control de contingencias no es de uso generalizado, debido en parte a políticas que limitan el valor monetario de los incentivos permitidos como parte del tratamiento.

En la actualidad no hay medicamentos aprobados para el tratamiento de los trastornos por consumo de estimulantes, pero hay optimismo de que eso cambiará en un futuro no muy lejano. Varios equipos de investigación financiados por el NIDA han estado trabajando arduamente —en algunos casos durante ya varios años— en la identificación de nuevos blancos para los fármacos y en la evaluación de inmunoterapias para la adicción a la metanfetamina, incluidas las vacunas.

Linda Dwoskin, una investigadora financiada por el NIDA en la Facultad de Farmacia de University of Kentucky, está desarrollando compuestos que alterarán la función de las moléculas llamadas transportadores vesiculares de monoamina, las cuales afectan el modo en que las neuronas reciclan la dopamina y son los blancos sobre los que actúa la metanfetamina; de esa manera, se podría reducir el deseo intenso de consumir la droga y las recaídas de las personas adictas. (Sus dos décadas de investigación para crear un medicamento contra la adicción a la metanfetamina están documentadas en una serie de varios artículos publicados en NIDA Notes; el más reciente puede leerse aquí).

Además de los medicamentos, otro enfoque novedoso que se está probando para tratar los trastornos por consumo de diferentes drogas es el uso de compuestos que reclutan el propio sistema inmunitario del organismo contra tipos específicos de drogas, y la introducción directa de anticuerpos para neutralizar los efectos de las drogas. Un equipo de University of Arkansas for Medical Sciences y la empresa biotécnica InterveXion Therapeutics está realizando actualmente ensayos de fase II de un anticuerpo monoclonal capaz de mantener la metanfetamina en el torrente sanguíneo e inhabilitar su entrada al cerebro. (Una serie de NIDA Notes recientemente publicada también da detalles sobre este programa de investigación).

Lamentablemente, la pandemia de COVID-19 y el estrés que conlleva han hecho más urgente la necesidad de nuevas estrategias de prevención y tratamiento. Investigadores en el Departamento de Salud y Servicios Humanos y Millennium Health recientemente publicaron en la revista JAMA(link is external) que desde el comienzo de la emergencia nacional, en marzo, ha habido un aumento del 23% en los resultados positivos a la metanfetamina en muestras de orina tomadas en varios entornos clínicos y médicos en todo el país, un aumento del 19% en los resultados positivos de cocaína y un aumento del 67% en los resultados positivos de fentanilo. Otro estudio reciente de muestras de orina realizado por investigadores en Quest Diagnostics y publicado en Population Health Management halló importantes aumentos de fentanilo combinado con metanfetamina y con cocaína durante la pandemia. 

Los esfuerzos para abordar el consumo de estimulantes deberían estar integrados con las iniciativas que ya se están implementando para el abordaje de la adicción a los opioides y su consecuente mortalidad. La compleja realidad del consumo de múltiples drogas ya es un área de investigación para la cual el NIDA presta apoyo financiero, pero es necesario trabajar mucho más. El reconocimiento de que nos enfrentamos a una crisis de drogadicción y sobredosis —no solo a una crisis de opioides— debe guiar las tareas de  investigación, prevención y tratamiento de aquí en adelante.

FUENTE: NIDA. 2020, Noviembre 12. El aumento de las muertes causadas por los estimulantes indica que estamos ante algo más que una crisis de opioides. Retrieved from https://www.drugabuse.gov/es/acerca-del-nida/blog-de-nora/2020/11/el-aumento-de-las-muertes-causadas-por-los-estimulantes-indica-que-estamos-ante-algo-mas-que-una en 2021, June 10

Foto: Source: Office of Intramural Training & Education, NIHUn investigador sostiene un tubo de ensayo en el laboratorio

Un estudio de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) identifica promisorio tratamiento combinado para el trastorno por consumo de metanfetamina

En un ensayo clínico doble ciego de fase III controlado por placebo, la combinación de dos medicamentos —naltrexona inyectable y bupropión oral— demostró ser inocua y eficaz en el tratamiento de adultos con trastornos por consumo de metanfetamina de nivel moderado a grave.  Los hallazgos sugieren que esta terapia combinada podría ser una adición alentadora a las estrategias actuales de tratamiento, como la terapia cognitivo-conductual y las intervenciones de control de contingencias, para un trastorno muy grave que continúa siendo difícil de tratar y superar. La investigación, publicada hoy en The New England Journal of Medicine, se llevó a cabo en diversos sitios dentro de la Red de Ensayos Clínicos del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA CTN). El NIDA forma parte de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH, National Institutes of Health).

“La crisis de opioides y las resultantes muertes por sobredosis en Estados Unidos son bien conocidas, pero lo que no se reconoce tanto es que hay una crisis creciente de muertes por sobredosis relacionadas con la metanfetamina y otros estimulantes. Sin embargo, a diferencia de los opioides, en la actualidad no hay medicamentos aprobados para tratar el trastorno por consumo de metanfetamina”, dijo la Dra. Nora D. Volkow, directora del NIDA. “Este avance, si bien modesto, demuestra que el tratamiento médico del trastorno por consumo de metanfetamina puede ayudar a mejorar el resultado para los pacientes”.

El estudio —conocido como Accelerated Development of Additive Pharmacotherapy Treatment for Methamphetamine Use Disorder, o ADAPT-2— se llevó a cabo entre 2017 y 2019 en clínicas participantes en diversos programas comunitarios de tratamiento en todo el país; abarcó a 403 adultos voluntarios de entre 18 y 65 años con nivel moderado a grave del trastorno por consumo de metanfetamina. Todos los participantes querían reducir el consumo de la droga o eliminarlo por completo, y fueron asignados aleatoriamente al grupo de tratamiento o al de control.

Durante las dos fases del estudio, de seis semanas de duración cada una, los voluntarios en el grupo de tratamiento recibieron cada tres semanas una inyección de naltrexona de liberación prolongada —un fármaco que se utiliza para tratar los trastornos por consumo de opioides y de alcohol— y tomaron a diario tabletas de bupropión de liberación prolongada. El bupropión es un antidepresivo que también se emplea para asistir en la cesación del consumo de nicotina. Los voluntarios en el grupo de control recibieron similares placebos inyectables y orales en los mismos períodos. Hacia el final de cada fase del ensayo, los investigadores realizaron cuatro análisis de orina para detectar la presencia de drogas. Se consideraba que los participantes habían respondido al tratamiento si al menos tres de los cuatro análisis de orina en cada fase arrojaban resultado negativo.

En general, los participantes respondieron con índices significativamente más altos en el grupo de tratamiento. En las pruebas de las semanas cinco y seis, el 16.5% de quienes habían recibido la combinación de naltrexona y bupropión respondieron, en comparación con el 3.4% de los voluntarios en el grupo de control. De modo similar, en los análisis de las semanas once y doce, el 11.4% del grupo de tratamiento respondieron, en comparación con el 1.8% del grupo de control. Los investigadores calcularon que el número necesario de personas a tratar (NNT) era 9. NNT es una forma de describir la utilidad de una intervención médica que indica la cantidad de personas que necesitarían recibir tratamiento para que una se viera beneficiada. Los investigadores reportaron que, con un NNT de 9, el beneficio de la naltrexona/bupropión como tratamiento para el trastorno por consumo de metanfetamina es similar al de la mayoría de los tratamientos de trastornos de salud mental, incluidos los antidepresivos recetados para la depresión o la naltrexona recetada para el trastorno por consumo de alcohol.

La evaluación de los integrantes del grupo de tratamiento reveló que tenían menos deseos intensos de consumir la droga que los integrantes del grupo de control; además, reportaron mayores mejoras en su vida según los parámetros de un cuestionario llamado Treatment Effectiveness Assessment (Evaluación de eficacia del tratamiento). Es de destacar que no hubo efectos secundarios adversos significativos asociados al tratamiento con la combinación de fármacos. El cumplimiento del tratamiento se alentó con la adherencia al apoyo psicológico y con recordatorios por aplicación móvil, y se mantuvo alto —77.4% y 82.0% en los grupos de tratamiento y de control, respectivamente— en las últimas seis semanas del estudio.

“El abuso prolongado de metanfetamina ha demostrado causar cambios difusos en el cerebro, lo que puede contribuir a consecuencias de salud graves, más allá de la propia adicción”, dijo el Dr. Madhukar H. Trivedi del Southwestern Medical Center de University of Texas en Dallas, quien encabezó el ensayo. “La buena noticia es que algunos de los cambios estructurales y neuroquímicos del cerebro se revierten en personas que se recuperan, lo cual destaca la importancia de identificar estrategias de tratamiento nuevas y más eficaces”.

El trastorno por consumo de metanfetamina es una enfermedad grave que a menudo está asociada con graves complicaciones médicas y de salud mental y con el riesgo de sobredosis fatales. La metanfetamina es un potente estimulante que, al igual que otras drogas adictivas, se apodera de los circuitos de recompensa del cerebro elevando los niveles de dopamina, un neurotransmisor asociado con la repetición de acciones que causan sensaciones placenteras.

Encontrar tratamientos que interfieran con estos procesos ha sido difícil para los científicos. La investigación sugiere que el bupropión puede aliviar la disforia asociada con la abstinencia de metanfetamina al actuar sobre los sistemas de dopamina y norepinefrina. El alivio de la disforia puede, a su vez, reducir el deseo intenso de consumir la droga y ayudar a evitar el retorno a la metanfetamina. La naltrexona puede reducir los efectos de euforia y el deseo intenso de la droga asociados con el consumo de metanfetamina. En estudios clínicos anteriores, sin embargo, tanto el bupropión como la naltrexona administrados por separado mostraron una eficacia limitada y no uniforme en el tratamiento del trastorno por consumo de metanfetamina. Ahora, combinados, estos compuestos parecen tener un efecto agregado o sinérgico.

Si bien hay medicamentos aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) para el tratamiento de trastornos por el consumo de otras drogas, hasta el momento no hay ningún fármaco que haya recibido aprobación de la FDA para tratar el trastorno por consumo de metanfetamina. La eficacia de esta combinación de fármacos representa un avance hacia la mejora del tratamiento de esta adicción.

Los investigadores recomiendan que las investigaciones futuras incorporen este trabajo y estudien si el tratamiento más prolongado con naltrexona y bupropión o la aplicación concurrente de terapias conductuales, como el control de contingencias, arrojan resultados aún mejores. El control de contingencias, que utiliza incentivos motivacionales y recompensas tangibles para ayudar a una persona a lograr sus objetivos terapéuticos, ha demostrado ser la terapia más eficaz para los trastornos por consumo de estimulantes, pero no se emplea ampliamente debido en parte a una política que limita el valor monetario permitido para los incentivos utilizados en el tratamiento.

Trivedi MH, et alTrial of Bupropion and Naltrexone in Methamphetamine Use Disorder(link is external) (en inglés). New England Journal of Medicine. 14 de enero de 2021.

Esta labor fue financiada por el NIDA y por contratos patrocinados por el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos.

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About the National Institute on Drug Abuse (NIDA): NIDA is a component of the National Institutes of Health, U.S. Department of Health and Human Services. NIDA supports most of the world’s research on the health aspects of drug use and addiction. The Institute carries out a large variety of programs to inform policy, improve practice, and advance addiction science. For more information about NIDA and its programs, visit www.drugabuse.gov.

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NIH…Turning Discovery Into Health®

FUENTE: NIDA. 2021, Enero 13. Un estudio de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) identifica promisorio tratamiento combinado para el trastorno por consumo de metanfetamina. Retrieved from https://www.drugabuse.gov/es/news-events/news-releases/2021/01/un-estudio-de-los-institutos-nacionales-de-la-salud-nih-identifica-promisorio-tratamiento-combinado-para-el-trastorno-por-consumo-de-metanfetamina en 2021, June 10

Foto: El Dr. Madhukar Trivedi y un miembro de su equipo de UT Southwestern Medical Center conducen investigaciones en el laboratorio. Imagen cortesía de UT Southwestern Medical Center.

Marihuana: todo lo que debes saber (reporte de investigación)

Las políticas sobre la marihuana han cambiado, y su consumo con fines médicos y recreativos se ha legalizado en varios estados. Estas modificaciones sugieren que la marihuana está ganando más aceptación en la sociedad. Por ese motivo, es particularmente importante que las personas comprendan qué es lo que se sabe, tanto sobre los efectos perjudiciales para la salud como los posibles beneficios terapéuticos que se atribuyen a la marihuana.

Dado que la marihuana distorsiona la percepción y  deteriora la memoria a corto plazo y la capacidad de juicio, puede disminuir el desempeño escolar o laboral y crear riesgos al conducir un vehículo. También afecta sistemas del cerebro que continúan desarrollándose hasta la etapa inicial de la adultez, por lo que el consumo regular por parte de los adolescentes puede tener efectos negativos y duraderos en su desarrollo cognitivo; eso los pondría en una situación de desventaja competitiva y posiblemente interferiría con su bienestar de varias otras maneras. Además, contrariamente a lo que se cree, la marihuana puede ser adictiva, y consumir marihuana durante la adolescencia puede aumentar la probabilidad de tener otros problemas de consumo o adicción.

Si el fumar marihuana o consumirla de alguna otra forma tiene efectos terapéuticos que superan los riesgos de salud es todavía un interrogante abierto que la ciencia no ha resuelto. Si bien muchos estados permiten ahora la dispensación de marihuana con fines medicinales y hay cada vez más datos anecdóticos de la eficacia de compuestos derivados de la marihuana, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) no ha aprobado la “marihuana medicinal”. Sin embargo, durante décadas ha habido medicamentos seguros basados en sustancias cannabinoideas derivadas de la planta de marihuana, y se están creando más.

Este informe de investigación pretende ser un resumen útil de las últimas conclusiones científicas sobre la marihuana y sus efectos en quienes la consumen a cualquier edad.

Nora D. Volkow, M.D.
Directora
Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas

Fuente: NIDA. 2020, Mayo 27. Carta de la directora. Retrieved from https://www.drugabuse.gov/es/publicaciones/serie-de-reportes/la-marihuana/carta-de-la-directora en 2020, December 3

La crianza positiva previene el abuso de las drogas

Con frecuencia los padres se preocupan porque sus hijos empiecen (o ya hayan empezado) a consumir drogas como tabaco, alcohol, marihuana y otras, o incluso a tomar fármacos recetados en forma indebida. Las investigaciones que se realizaron con el apoyo del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA, National Institute on Drug Abuse) ilustran el importante papel que desempeñan los padres en prevenir el consumo de drogas en sus hijos.

Esta publicación presenta información elaborada por el Child and Family Center (Centro para el Niño y la Familia) de University of Oregon, basada en datos de investigación. Destaca las aptitudes de los padres que son importantes para prevenir el inicio y el avance del consumo de drogas entre los jóvenes. También ofrece acceso a videos que pueden ayudar a los padres a poner en práctica aptitudes parentales positivas.

Descargar el material aquí.

https://www.drugabuse.gov/sites/default/files/family_checkup_spanish.pdf

Fuente: https://www.drugabuse.gov/es/publicaciones/chequeo-familiar/introduccion

Estudio epidemiológico de salud mental en población general de la República Argentina

En el presente trabajo se comunican los hallazgos del primer “Estudio epidemiológico de salud mental en población general de la República Argentina” en el marco de la Iniciativa de la Encuesta Mundial de Salud Mental (World Mental Health Survey Initiati-ve OMS/Harvard), en colaboración con la Facultad de medicina de la Universidad de Buenos Aires y la Asociación de Psiquiatras Argentinos (APSA) con financiamiento del Ministerio de Salud.

Metodología:

Se realizó una encuesta domiciliaria probabilística multietápica utilizando la Entrevista Diagnóstica Internacional Compuesta (Composite International Diagnostic Interview) (CIDI). La encuesta se practicó a 3.927 personas de 18 años de edad y mayores (sin límite de edad), con residencia fija en una de las ocho áreas urbanas más grandes del país (Buenos Aires, Córdoba, Corrientes-Resistencia, Mendoza, Neuquén, Rosario, Salta y Tucumán), representativas de aproximadamente un 50,1% de los adultos residentes en el país. La tasa de respuesta fue del 77%.

Resultados:

La prevalencia de vida de cualquier trastorno mental en la población general de la Argentina en mayores de 18 años de edad fue de 29,1% y el riesgo proyectado de vida hasta los 75 años de edad fue de 37,1%. Los trastornos con prevalencia de vida más elevada fueron el Trastorno depresivo mayor (8,7%), el Trastorno por abuso de alcohol (8,1%) y la Fobia específica (6,8%). Los Trastornos de ansiedad fueron el grupo de mayor prevalencia (16,4%), seguidos por los Trastornos del estado de ánimo (12,3%), los Trastornos por sustancias (10,4%), y los Trastornos del control de impulsos (2,5%). La prevalencia en los últimos 12 meses de cualquier trastor-no mental fue del 14,8%, de los cuales, un cuarto de esos trastornos fueron clasificados como severos. El 11,6% recibió tratamiento en los 12 meses previos y sólo lo recibieron el 30,2% de aquellos que padecían un trastorno severo.

Los resultados arrojan datos imprescindibles para la planificación e implementación sanitarias y la formación de recursos humanos en salud mental.

El presente estudio muestra la necesidad de:

1) Desarrollar más y mejores políticas de salud para au-mentar el acceso a los servicios de tratamiento ade-cuado de los trastornos mentales en Argentina, es-pecialmente para los sectores socioeconómicos más desfavorecidos de la población, con especial focaliza-ción en los niños, adolescentes y ancianos.

2) Capacitar a los profesionales en medicina general y de asistencia primaria en la detección temprana y el tratamiento de los trastornos mentales.

3) Informar y educar a la comunidad sobre las pautas de una adecuada salud mental a fin de propender a la detección temprana y a un tratamiento oportuno de los trastornos mentales.

4) Implementar estrategias particulares para que las personas que sufren de algún tipo de trastorno por uso de sustancias inicien un tratamiento.

5) Reducir la demora en el inicio del tratamiento en todos los casos de trastornos mentales; y, particular-mente, enfocar los recursos y esfuerzos en la detec-ción y el tratamiento tempranos en niños y adoles-centes.

6) Desarrollar campañas anti-estigma sobre las enfer-medades mentales dirigidas a la población general.

7) Desarrollar políticas sanitarias destinadas a dismi-nuir el abuso de alcohol en la sociedad y proveer servicios especializados en el tratamiento del alco-holismo.

8) Realizar más investigaciones para aportar datos para la planificación del tipo de Servicios a brindar e ins-talar según áreas geográficas y permitir una distri-bución regional racional de recursos humanos para incrementar la eficacia de los efectores de salud, tomando en cuenta las dificultades para el acceso a servicios por parte de la población rural y la de con-glomerados urbanos pequeños y medianos.

9) Obtener datos útiles para orientar la formación de recursos humanos en las carreras de Ciencias de la Salud de nuestro país, en los niveles de grado y post-grado, acorde con las necesidades de la población a la cual van a asistir sus egresados.

10) Ofrecer una orientación sobre las prioridades de la formación continua de recursos humanos en Salud Mental.

11) Implementar planes de investigación de los siguien-tes ítems sanitarios y educacionales: a) Encuestas epi-demiológicas regulares para mantener actualizado el conocimiento del estado de la Salud Mental en la población general; describir la percepción que tienen los pacientes y sus familias acerca de la idoneidad de los tratamientos que se brindan; identificar las prin-cipales dificultades que se presentan en el proceso de búsqueda de un tratamiento; diseñar programas específicos de prevención, tratamiento y rehabilita-ción, de acuerdo a las necesidades detectadas en cada región; proveer regularmente información que sirva de base para la toma de decisiones, el diseño de po-líticas públicas y los programas de atención de situa-ciones particulares.

Ver el estudio completo aquí.

Fuente: VERTEX Rev. Arg. de Psiquiat. 2018, Vol. XXIX: 275-299

Los efectos de las redes de amistad en los síntomas depresivos de los adolescentes

Estudios anteriores han demostrado que las personas socialmente integradas tienen mejor salud mental, pero estos estudios se han limitado principalmente a la población adulta.

Utilizando datos basados ​​en una muestra representativa a nivel nacional de adolescentes (N = 11,023), Koji Ueno (Department of Sociology, Florida State University) investigó si aquellos que están integrados en redes de amistad tienen una mejor salud mental, medida por el número de síntomas depresivos. Titulado «The effects of friendship networks on adolescent depressive symptoms», este estudio también amplía la literatura al utilizar una variedad de medidas de integración de redes.

Los análisis mostraron que, de acuerdo con los hallazgos previos en los estudios de adultos, los niveles más altos de integración se asociaron con menos síntomas depresivos, aunque la asociación fue muy débil. El número de amigos, la medida de integración más simple y utilizada con mayor frecuencia en la investigación sobre salud mental, tuvo un efecto más fuerte y más consistente que otras variables que midieron aspectos más complejos de la estructura de red egocéntrica y de nivel escolar.

Los resultados también mostraron que la relación entre tener más amigos y menos síntomas depresivos estuvo mediada en gran parte por un sentido de pertenencia, que proporcionó apoyo al argumento a menudo asumido pero raramente probado de que la integración social promueve la salud mental al inducir sentimientos positivos sobre las relaciones de uno con los demás en sociedad.

Fuente: https://doi.org/10.1016/j.ssresearch.2004.03.002

El temperamento infantil predice la personalidad más de 20 años después

Inhibición del comportamiento en la infancia asociada con la introversión y la psicopatología internalizadora en la edad adulta.

Los investigadores que investigan cómo el temperamento da forma a los resultados del ciclo de vida de los adultos han encontrado que la inhibición del comportamiento en la infancia predice una personalidad reservada e introvertida a los 26 años. Para aquellas personas que muestran sensibilidad para cometer errores en la adolescencia, los resultados indicaron un mayor riesgo de trastornos de internalización (tales como ansiedad y depresión) en la edad adulta. El estudio, financiado por los Institutos Nacionales de Salud y publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, proporciona evidencia sólida del impacto del temperamento infantil en los resultados de los adultos.

«Si bien muchos estudios vinculan el comportamiento de la primera infancia con el riesgo de psicopatología, los hallazgos en nuestro estudio son únicos», dijo Daniel Pine, M.D., autor del estudio y jefe de la Sección NIMH sobre Desarrollo y Neurociencia Afectiva. «Esto se debe a que nuestro estudio evaluó el temperamento muy temprano en la vida, vinculándolo con los resultados que ocurrieron más de 20 años después a través de diferencias individuales en los procesos neuronales».

El temperamento se refiere a las diferencias individuales con base biológica en la forma en que las personas responden emocional y conductualmente al mundo. Durante la infancia, el temperamento sirve como la base de la personalidad posterior. Un tipo específico de temperamento, llamado inhibición del comportamiento (BI), se caracteriza por un comportamiento cauteloso, temeroso y evasivo hacia personas, objetos y situaciones desconocidas. Se ha descubierto que la BI es relativamente estable en la infancia y la infancia, y los niños con BI tienen un mayor riesgo de desarrollar desórdenes sociales y trastornos de ansiedad que los niños sin BI.

Aunque estos hallazgos apuntan a los resultados a largo plazo del temperamento infantil inhibido, solo dos estudios hasta la fecha han seguido a niños inhibidos desde la primera infancia hasta la edad adulta. El estudio actual, realizado por investigadores de la Universidad de Maryland, College Park, la Universidad Católica de América, Washington, DC y el Instituto Nacional de Salud Mental, reclutó su muestra de participantes a los 4 meses de edad y los caracterizó para BI a los 14 meses (casi dos años antes que los estudios longitudinales previamente publicados). Además, a diferencia de los dos estudios publicados anteriormente, los investigadores incluyeron una medida neurofisiológica para tratar de identificar las diferencias individuales en el riesgo de una psicopatología posterior.

Los investigadores evaluaron a los bebés para BI a los 14 meses de edad. A los 15 años, estos participantes regresaron al laboratorio para proporcionar datos neurofisiológicos. Estas medidas neurofisiológicas se usaron para evaluar la negatividad relacionada con el error (ERN), que es una disminución negativa en la señal eléctrica registrada desde el cerebro que ocurre después de respuestas incorrectas en tareas computarizadas. La negatividad relacionada con el error refleja el grado en que las personas son sensibles a los errores. Una señal de negatividad más grande relacionada con el error se ha asociado con condiciones de internalización como la ansiedad, y una negatividad más pequeña relacionada con el error se ha asociado con condiciones de externalización como la impulsividad y el uso de sustancias. Los participantes regresaron a los 26 años para evaluaciones de psicopatología, personalidad, funcionamiento social y resultados de educación y empleo.

“Es sorprendente que hayamos podido mantenernos en contacto con este grupo de personas durante tantos años. Primero, sus padres, y ahora ellos, siguen interesados ​​e involucrados en el trabajo ”, dijo el autor del estudio Nathan Fox, Ph.D., del Departamento de Desarrollo Humano y Metodología Cuantitativa de la Universidad de Maryland.

Los investigadores encontraron que BI a los 14 meses de edad predijo, a los 26 años, una personalidad más reservada, menos relaciones románticas en los últimos 10 años y un menor funcionamiento social con amigos y familiares. La BI a los 14 meses también predijo niveles más altos de internalización de la psicopatología en la edad adulta, pero solo para aquellos que también mostraron mayores señales de negatividad relacionadas con el error a los 15 años. La BI no se asoció con la externalización de la psicopatología general o con los resultados de educación y empleo.

Este estudio destaca la naturaleza duradera del temperamento temprano en los resultados en adultos y sugiere que los marcadores neurofisiológicos, como la negatividad relacionada con el error, pueden ayudar a identificar a las personas con mayor riesgo de desarrollar psicopatología internalizante en la edad adulta.

«Hemos estudiado la biología de la inhibición del comportamiento a lo largo del tiempo y está claro que tiene un profundo efecto que influye en el resultado del desarrollo», concluyó el Dr. Fox.

Aunque este estudio replica y amplía la investigación pasada en esta área, se necesita trabajo futuro con muestras más grandes y más diversas para comprender la generalización de estos hallazgos.

Fuente: «Infant Temperament Predicts Personality More Than 20 Years Later». Tang, A., Crawford, H., Morales, S., Degnan, K. A., Pine, D. S., & Fox, N. A. (2020). Infant behavioral inhibition predicts personality and social outcomes three decades later. Proceedings of the National Academy of Sciences. Publicado en National Institute of Mental Health. 20 de abril de 2020.

La importancia de la vitamina D y de tomar sol para prevenir enfermedades respiratorias

Un estudio de la Universidad de Turín muestra que los afectados por Covid tenían en su mayoría falta de vitamina D.

Niveles bajos de vitamina D se asocian con un aumento de las enfermedades infecciosas, en particular enfermedades respiratorias como gripe o neumonía.
En cambio, niveles óptimos de vitamina D se asociaron con una mejora del sistema inmunológico y una disminución de las infecciones virales y bacterianas.
Por desgracia los niveles de vitamina D afectan a más de la mitad de la población.
Estilo de vida, alimentación, edad, falta de exposición al Sol.
En algunos países el 80% de los mayores de 65 años y el 40% de los menores de 65 años, tienen concentraciones bajas de vitamina D.
La principal fuente de vitamina D en los seres humanos es la síntesis cutánea de colecalciferol en presencia de radiación ultravioleta B (UVB).
O sea, algo tan sencillo como tomar un poco de sol.

Fuente: Gunville CF, Mourani PM, Ginde AA. The role of vitamin D in prevention and treatment of infection. Inflamm Allergy Drug Targets. 2013;12(4):239–245. doi:10.2174/18715281113129990046

Relación de entrenamiento de ejercicios de eficacia de resistencia con síntomas depresivos

¿Cuál es la asociación general de la eficacia del entrenamiento con ejercicios de resistencia con síntomas depresivos, y qué variables empíricas lógicas, teóricas y / o anteriores están asociadas con los síntomas depresivos?

El levantamiento de pesas y el entrenamiento muscular redujeron significativamente los síntomas depresivos entre los adultos, independientemente de su edad y estado de salud, la cantidad de entrenamiento y si se fortalecieron, descubrieron los investigadores en un metanálisis. El estudio, publicado en línea en JAMA Psychiatry, abarcó 33 ensayos clínicos aleatorios con más de 1800 participantes.

La mejor mejora pareció ser en participantes con depresión leve o moderada, lo que sugiere que el entrenamiento de resistencia podría ser una opción de tratamiento alternativa o complementaria.

“Para los sentimientos generales de depresión y las fases iniciales de la depresión mayor, los antidepresivos y los medicamentos pueden no ser muy efectivos. También hay un cambio hacia la búsqueda de opciones que no requieren que alguien comience un régimen de drogas en el que puedan estar por el resto de sus vidas «, dijo el investigador Jacob Meyer, PhD, profesor asistente de kinesiología en la Universidad Estatal de Iowa en Ames.

«Comprender que el entrenamiento de resistencia parece tener beneficios similares al ejercicio aeróbico puede ayudar a aquellos que vayan a través de enormes opciones de tratamiento con medicamentos tradicionales».

El metanálisis identificó reducciones menores en los síntomas depresivos en ensayos clínicos aleatorios con asignación o evaluación cegada. Los investigadores aconsejaron que se necesitan ensayos de mejor calidad que comparen el entrenamiento de resistencia con otros tratamientos probados para la depresión.

Fuente:

Gordon BR, McDowell CP, Hallgren M, Meyer JD, Lyons M, Herring MP. Association of Efficacy of Resistance Exercise Training With Depressive Symptoms: Meta-analysis and Meta-regression Analysis of Randomized Clinical Trials. JAMA Psychiatry. 2018;75(6):566–576. doi:10.1001/jamapsychiatry.2018.0572

Resistance Training Reduces Depressive Symptoms